En mi aventura por los mares llego hoy a Cayo
Esquivel, un precioso lugar con una rica historia. El fascinante islote de Isabela de Sagua de fina y suave arena y la claridad de su fondo
marino fue llamando la atención de los pobladores de Sagua la Grande y poco
a poco Cayo Esquivel, que se conoce y visita desde épocas coloniales, fue
convirtiéndose en testigo y escenario de
incontables romances y fascinantes leyendas. La vida social en allí comienza a verse en mil 920 cuando un grupo de familias decidió
utilizarlo como sitio de recreo, hasta que con las constantes visitas
domingueras se establece por fin el conocido balneario de Playa Esquivel
atendido por el Yacht Club de Sagua de cuyos muelles en Isabela de Sagua
partían todos los domingos los barcos "Zorroza" y "Kismet”. Los
picnics eran algo inigualable a todo lo largo de tan hermosas playas y
cocoteros. Los concursos de "La
Reina de Esquivel" fue algo trascendental, así como la alegría de
niños, pescadores y jugadores de dominó que daban un toque único a este paraíso
cubano. Para principios de mil 950, ya Esquivel era una verdadera ciudad marina
muy concurrida con modestos hoteles, tiendas, entretenimientos, parque
infantil, botes, balsas y pesquerías,
entre otras diversiones acuáticas. En
próximas emisiones volveremos a Cayo Esquivel pues todavía tiene mucha historia por contar.
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